viernes, 8 de agosto de 2008

3 y 4 de agosto. Swakopmund, Cape Cross y Walvis bay.






En Swakopmund paseamos por sus anchisimas y larguisimas calles, flanqueadas por edificios mas propios de cualquier ciudad alemana que africana. A media manhana conseguimos alquilar un coche para el resto del viaje; que suerte y que alegria. Por la tarde nos dimos un gran paseo entre las dunas, comienzo del Namib, y el mar, bien abrigadas, la humedad se metia hasta los huesos.

Que dia tan desapacible
hay niebla, un viento de lo mas irascible
y un frio de esos del grajo
cuando vuela muy bajo.
Las focas, que las habia a millones,
hacian unos ruidos de limones,
unas nadaban y pescaban,
otras a sus crias amamantaban,
algunas entre si se peleaban
y todas juntas un olorcillo pestilente emanaban.
El dia desangelado y ventoso,
en medio de ese interminable desierto dunoso,
nos llevo a comer a un bar de carretera
de los que no te esperas,
un edificio en medio de la nada
que no parecia salido de un cuento de hadas
donde hemos comido tan ricamente
y nos han tratado muy amablemente.
De Swakopmund hemos pasado
y a Walvis Bay nos hemos encaminado
entre las dunas y el mar
lo cual te puede noquear
pues no sabes donde mirar
y torticolis te puede entrar.
En una pension excelente nos hemos alojado,
a la laguna nos hemos encaminado,
pero el atardecer no hemos vislumbrado;
un paseo tranquilo nos hemos dado
y a La Balsa nos hemos encaminado
a mimar nuestro paladar delicado:
cocodrilo hemos catado
y mucho nos ha gustado.

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